El Relato como maquina del tiempo.

Una de mis películas preferidas es volviendo al futuro; me parece muy interesante el  viaje en el tiempo, desde los supersónicos visitando a los Picapiedra a la máquina del tiempo de Wells. Sin embargo, es algo imposible; al menos para esta época. La única manera que encontré de viajar en el tiempo es por medio de la escritura y la lectura.

Leer es viajar en el tiempo y escribir es viajar por uno mismo.

«La lectura es un ticket de descuento a todas partes».

Maria Schmich

Gracias a la lectura de mi diario puedo revivir mis días, conocer a grandes personajes de la historia mediante sus autobiografías. Por ejemplo, al leer sobre Benjamin Franklin imaginé que estaba sentado frente a él escuchando su relato. 

Todo lo que escribimos es para que alguien lo lea. Entonces, si dejamos páginas llenas de nuestras ideas y pensamientos; alguna persona del futuro encontrará interesante la manera en que vivíamos y pensábamos. 

Quizás es demasiado soberbio suponer que mi palabra servirá o entretendrá a los humanos del mañana. Aunque, en mi defensa, me hubiera encantado leer los relatos de mis antepasados, conocer cuál fue el origen de mi historia, saber como veía el mundo mi abuelita cuando tenía mi edad y saber cuáles eran los conflictos de mis papás cuando eran adolescentes. 

Es importante dejar un cuaderno de relatos, podría resultarle alentador a nuestra descendencia al indagar sobre los principios y creencias con las que sus antepasados se conducían.

Los relatos salvan vidas.

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La escritura y los relatos han sido también, la manera de progresar y de aprender de los anteriores para que con su experiencia avancemos aún más lejos de lo que ellos llegaron. 

El desarrollo no ha sido casualidad, la comunicación y organización entre pasados, presentes y futuros ha generado un acervo de ideas, pensamientos y descubrimientos, que han funcionado como un ahorro que con el interés compuesto va alcanzando un mejor rendimiento.  

Muchos humanos tuvieron que morir de formas que nosotros consideraríamos absurdas en pro de la humanidad; desde comer una planta venenosa hasta morir por una infección por no conocer la importancia de la limpieza en una herida. 

Por ejemplo, en el año 1506, el reinado de Felipe el Hermoso, apenas fue un suspiro de verano. Después de jugar Tenis, bebió un vaso de agua muy fría. Una gripa se convirtió en neumonía y después de 8 días sufriendo por las altas temperaturas se marchó de este mundo.

En unos cien años, los humanos se sorprenderán por la manera en la que moríamos.

La escritura nos permite construir un personaje más consciente de nosotros mismos.

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«El arte de escribir es descubrir en qué crees».

Gustave Flaubert

Por otro lado, muchas veces pensamos que llevamos una vida dichosa, pero hay algo que nos tiene inconformes. Cuando escribimos, le damos forma a nuestros pensamientos y leernos tiempo después sirve para analizar que palabras usamos y qué acciones nos alegran y cuales nos enfadan.

Con el ejercicio de la escritura sabrás más de ti y como resolver los conflictos que parecen no tener orden en tu cabeza. Lacan dijo.— “La palabra mata la cosa”. 

Darle voz a tus sentimientos te ayudara a definir qué cambiar y qué seguir haciendo.

En mi caso, durante este inicio de año he estado muy reflexivo sobre diferentes aspectos de mi vida y he decidido escribir con mayor frecuencia y releer mis entradas en mis diarios ya que en ellos encuentro que la constante ha sido el amor por la palabra escrita, por los pensamientos de otros escritores, aunado a salir a correr para reflexionar en estas ideas. 

Ahora con esta introspectiva puedo tener la seguridad que si la vida me baja de un disparo, mi paso por el mundo habrá tenido sentido para mí y qué tal vez mis palabras un día resuenen en los pensamientos de otros y los ayuden a ir más allá de lo que yo pude haber llegado. 

Saborea al máximo la experiencia de estar vivo

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La invitación está abierta, te invito a levantarte del sofá, estirar un poco el cuerpo y salir de tu casa, a alimentarte del mundo; a consumir basura y arte; comer unos tacos de la calle o un buen corte de carne en su punto. A mirar películas sin un sentido profundo más que el de entretenerte y mirar aquellas que te dejan un hueco en el estómago.

Después escribe sobre tus experiencias y tus sensaciones; que te dio asco, que te hizo reír, que te sorprendió. El mundo está lleno de milagros. Lee las vidas de las personas que admiras e imagina que te lo están contando en su sala mientras bebes una taza de chocolate caliente o un whisky en las rocas. De acuerdo a la hipótesis de la física sobre los universos paralelos, puede ser que te lo estén contando en el mismo tiempo. 

Con tus relatos descubre que te apasiona y hazlo. En algún momento del futuro tú ya eres esa persona que quieres ser, ya tienes un negocio, ya eres un experto en arte, ya eres la abuela que le prepara sopa a sus nietos después de clases. Todo se trata de encontrar tus pasiones. Las cuales están ocultas entre las palabras que escribes.  Recuerda:

Hacer es ser. Dijo Bradbury. — “Haber hecho, no basta. Abarrotarse de hacer ese es el jugo”. 

El hacer es vivir. Dejar de hacer y haraganear es morir. Entrénate todos los días y el universo te llevará a ese lugar que aún no puedes imaginar. La peor parte de crecer es cómo nos hace callar. Lo supuestamente correcto, nos mantiene como sombras o como iguales a los demás. 

Solo existió un Benjamin Franklin, un Leonardo da Vinci, un Shakespeare, una Frida y un Aníbal. Ellos decidieron ser quienes deseaban ser. ¿Por qué limitarnos a vivir deseando ser como otros? 

Gracias.

«Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto. Es un hábito».

Aristoteles

Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer esta entrada.

Sé tu mismo, haz lo que quieras sin dañar a nadie y encuentra tu voz. Encuentra tu voz interna y persigue esos sueños. Sigue tus pasiones y recuerda; no lo hagas por dinero, no lo hagas por reconocimiento y no lo hagas por buscar cualquier tipo de status. Simplemente hazlo por ti. Abrirás un futuro tan brillante que como dice Stephen King.—“Tendrás que colocarte gafas de sol”.

Levántate, sal de casa, obtén experiencias de todo y vuelve a sentarte, a escribir sobre como te hizo sentir eso. 

Enseña a tu versión del futuro que te gusta y que no, repite hasta encontrar tu sentido de vida y luego trabaja todos los días en eso. No olvides dejar tus relatos perfectamente documentados para los que vengan porque el progreso se debe al conjunto de experiencias e ideas de todos los que hemos pisado la tierra.

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Hasta la próxima.

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1 comentario en “El Relato como maquina del tiempo.

  1. Rolando gracias por compartir, es siempre una delicia leerte, eres tan joven y a la vez tan Maduro y viendo siempre más adelante, sin dejar de vivir el presente, felicidades por este gran hábito de lectura y escritura.
    CLMM

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